Hasta pronto ama


La milenaria muralla de Lugo y el puente romano por el que se
abandona la ciudad camino de Santiago.
Acuarelas (31 enero 2011) 20,5 x 26,5 cm unidad.


En esta ocasión me acerqué al Camino Primitivo, en concreto a Lugo, para desde allí caminar durante cinco días hacia Santiago de Compostela y visitar la Galería Trinta con la que trabajo.
No pude concluir el viaje y tuve que precipitar la vuelta a casa. El martes dos de febrero había pernoctado en el albergue de Ax Seixas (Lugo), no había descansado bien, el albergue era confortable, pero el calor que generaba mi cuerpo y el los radiadores puestos a tope no podían contra el frío helador que penetraba por las rendijas de la puerta teniendo que echarme una manta sobre el saco de dormir sin lograr evitar, destemplado, dar más y más vueltas hasta el amanecer. Amanecer de horizontes rojizos que iban dejando ver los fríos campos y los caminos escarchados, me abrigué y sin terminar de tomarme un café caliente con unas tostadas, antes de comenzar a caminar hacia Melide (A Coruña) recibí una llamada de mi esposa, me extrañó, pues no es habitual hacerlo a horas tan tempranas, y me anunció que mi madre había muerto.
Así son las cosas. Después de 91 duros años de vida, que celebró el pasado fin de semana en compañía de toda su familia, terminó de estar entre nosotros, nos abandonó tranquilamente, sin sufrir. Han terminado sus preocupaciones. La recordaremos siempre. Somos la prolongación de ella aquí y si tenemos salud seguiremos su ejemplo y le pedimos nos espere.
Precipité las cosas, me acerqué lo más rápido que pude a visitar a Asunta en Trinta, y ya de vuelta en casa, nos preparamos para despedirnos de ella mañana. Adiós ama, adiós Leónides.

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