El valle berciano de Valcarce lo tenía idealizado como uno de los tramos más interesantes del Camino Francés y seguramente lo es, pero en esta ocasión he transitado por él con los pies maltrechos y he sufrido el asfalto en demasía. Demasiado andadero de asfalto.
Todas las aldeas por las que pasas son interesantes, en especial, hoy lo digo así, Las Herrerías, de hecho el camino se aparta del antiguo trazado de lo que fue la N-6. La carretera local transcurre pegada al río y sientes el tintinear de las aguas rápidas y al menos hay tres fuentes en las que descansar. El ascenso a La Faba se realiza por un camino de herradura entre un frondoso bosque de robles y castaños. Pernocté en casa de Marta donde siempre son bien acogidos los peregrinos que buscan el descanso y la tranquilidad, más motivos, la cocina, Marta es vegetariana y lo hace con mimo con los productos de su huerta. Muy bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario