Acuarela - Agosto 2009 - 20 x 25 cm.
Siete de la tarde, 37º. Lo más fresco del entorno un bebedero de plástico colocado en el interior del carrascal para alivio de los animales del entorno y desde el que estoy pintando. El calor se apodera del paisaje, simplifico y dejo que el blanco del monte sea el protagonista, hábitat de conejos que corretean saltarines, mientras sobre mí revolotean, nerviosos, infinidad de pajarillos insectívoros y sentir el silencioso y tranquilo evolucionar de pequeñas rapaces. Antes de volver a casa pararé a coger unos higos blancos de piel fina e intenso dulzor de un par de higueras casi asilvestradas. Mi desayuno de mañana.
Siete de la tarde, 37º. Lo más fresco del entorno un bebedero de plástico colocado en el interior del carrascal para alivio de los animales del entorno y desde el que estoy pintando. El calor se apodera del paisaje, simplifico y dejo que el blanco del monte sea el protagonista, hábitat de conejos que corretean saltarines, mientras sobre mí revolotean, nerviosos, infinidad de pajarillos insectívoros y sentir el silencioso y tranquilo evolucionar de pequeñas rapaces. Antes de volver a casa pararé a coger unos higos blancos de piel fina e intenso dulzor de un par de higueras casi asilvestradas. Mi desayuno de mañana.
3 comentarios:
De nuevo lo menos es más.Como pensaba Pessoa "El hombre de la ciudad es el más capacitado para ver el campo.El del campo lo mira con ojos de animal.Admiro tu,incansable,voluntad de salir al campo con la herramienta.
Es verdad que disfruto pintando en el campo, mucho. Al terminar el próximo invierno quiero dedicar un tiempo a caminar y a pintar. Falta tiempo hasta entonces, pero quiero ir comprometiéndome. No quiero dejar pasar este deseo sin llevarlo a cabo.
Antón, magnífica acuarela, de las que más me gusta en la serie de campo.
Un abrazo.
Enrique.
Publicar un comentario