El dibujo de Oier y el mío mirando hacia la Sierra Salvada desde el lugar en el que paramos a descansar. |
Mi nieto mayor, Oier, ya tiene cuatro años. Hacía tiempo que no salíamos de excursión, y el fin de semana pasado lo hicimos caminando desde Retes de Tudela hasta Artieta, un paseo en ascenso de poco más de media hora que lo dedicamos a observar el paisaje y a recoger diferentes objetos que luego escondimos como un "tesoro" en un lugar del recorrido. Antes de llegar paramos a pintar. Me ganó. En Artieta visitamos a Josu, amigo mío desde hace muchos años que le regaló a Oier una preciosa perra setter, de nombre Lai, que le permití aceptar con el compromiso que sería Josu quien la cuidaría y que veríamos en sucesivas visitas. Oier le regaló el dibujo que había hecho.
No tardaremos mucho tiempo en volver pues Oier ya está inquieto pensando en buscar el "tesoro", recuperarlo y ver a Lai.
2 comentarios:
Si la parte superior es de tu nieto, creo que sí te ganó, que pinta con el alma y llega al alma. Todos quisiéramos llegar donde él está.
Totalmente de acuerdo.
Publicar un comentario