Acuarela - 13-04-2007 - Tamaño: 31 x 38 cm
El día transcurrió por caminos de ceniza junto a montes abrasados por el fuego. En estas fechas ya se habían talado los bosques abrasados el pasado invierno..., en poco tiempo habremos olvidado la tragedia.
Llegar a la ermita de San Pedro Mártir fue un alivio, verme envuelto por el verde prado que la rodea y refrescado con el agua de la fuente "santa" de la que todos beben y sanan sus dolencias. Paré y pinté la ermita de tejado de uralita a la que acuden los lugareños a celebrar su popular romería. Cómo no acudir..., un vaso de agua y sanarte..., un poco de alcohol, unos alalás y unos bailables..., reencontrarte.
La noche la pasé en Corcubión. No había más peregrino que yo.
1 comentario:
¡Que buena la soledad asi contada, asi vivida! Pintada. Podemos recoger lo hallado y hasta otro alto en el camino. Envidio tu disponibilidad para el combate. Exterior. Interior. Lugares que deberia haber en todas partes.Un saludo. Salud.
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