Los partes metereológicos aconsejan no salir con el coche si no es imprescindible. La nieve cubre los paisajes vascos y me refrescan los recuerdos de la travesía de la Ruta del Baztán que realicé con los montes cubiertos por la nieve.
Velate nevado. Acuarela, 15,5 x 21,5 cm
... Después de pintar un par de acuarelas me adentré en el monte siguiendo las flechas amarillas que marcaban mi itinerario. De repente desaparecieron. Estaba perdido. Un par de bordas abandonadas y los restos del castaño más enorme que nunca vi eran los elementos más significativos del lugar. Estaba asustado, volví a dar otra vuelta, espanté a dos ciervos que se habían acercado a un arroyo y de nuevo aparecieron pisadas sobre la nieve de alguna persona, las seguí con cautela mirando a mi alrededor y de nuevo vi flechas amarillas, pero eran viejas, descoloridas, apenas se veían y no me daban ninguna confianza. A duras penas subía zigzagueando sobre la nieve, era duro, y me fui al suelo en varias ocasiones mientras a la mente me venían todo tipo de posibilidades a seguir, llegando a asumir que tendría que hacer noche en la nieve e ideaba la forma en la que realizaría el refugio. Seguía como podía, miraba hacia arriba e intentaba llegar hasta lo que yo creía que sería el alto, pero después del esfuerzo, al llegar a ese punto volvía a aparecer otra pendiente mayor que la anterior...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pero que gran experiencia!!!, espero la continuación de tu relato, no me imagino el susto.
Otra vez saludos desde México.
Publicar un comentario